La comunidad médica y científica viene alertando desde hace varias semanas de la proliferación de un nuevo síndrome al que han bauitizado como Síndrome ESG: Estúpido Subnormal Gilipollas.
Según los expertos, este síndrome tendría una causística cultural y psicológica, y se caracteriza por ofrecer una respuesta basada en mantener el voto hacia partidos corruptos que han gobernado mal, despilfarrando el dinero público, pero que gracias a la conducta disfuncional del Estúpido Subnormal Gilipollas siguen asentados en el poder.
Aunque el cuadro sintomático del Estúpido Subnormal Gilipollas es antiguo, es tras la crisis económica de 2008, que ha puesto de manifiesto la necesidad de una regeneración política, cuando la comunidad médico-científica ha asumido un auténtico compromiso por propagar mediáticamente la existencia del síndrome, ante las peligrosas consecuencias que deriva de éste y que ya se están manifestando: el anclaje social en sistemas políticos obsoletos e ineficaces.
Centrándonos en España, el Síndrome del Estúpido Subnormal Gilipollas se da claramente en el votante fijo del PP y del PSOE, y la consecuencia en la sociedad española está resultando ser la condena perpetua a una política clientelar que tiene como efectos directos el incremento de la pobreza y la desigualdad, y la corrupción de las instituciones.
El Síndrome del Estúpido Subnormal Gilipollas es contagiable. Es bastante común que se herede de padres a hijos, aunque no sucede en todos los casos. Los factores de riesgo son: bajo nivel educativo e intelectual, resistencia al cambio, y una escala de valores deteriorada. Los factores de protección: interés por el aprendizaje, pensamiento libre, y motivación por la justicia social.
No se conoce todavía un tratamiento eficaz para el Síndrome del Estúpido Subnormal Gilipollas. Los psicólogos advierten que hablar con un Estúpido Subnormal Gilipollas para hacerle tomar conciencia de la falta de ética de su conductas y de los efectos perjudiciales que provoca, puede ser altamente infructuoso e incluso contraproducente: el Estúpido Subnormal Gilipollas como mecanismo de defensa de protección del Ego puede fortalecer aún más su intención de voto.
Lo que más se recomienda por tanto, ante la inexistencia de un tratamiento eficaz consensuado, es que si detecta en su entorno alguna persona afectada con el Síndrome del Estúpido Subnormal Gilipollas, se lo haga saber de inmediato. Incluso puede actuar siguiendo las siguientes pautas: 1) Señalarle con el dedo. 2) Mencionarle su afección al Síndrome dirigiéndole las siguientes palabras: "Eres un Estúpido Subnormal Gilipollas". 3) Concluir con una risa humillante, para lo cual se recomienda usar la del personaje llamado Nelson, de Los Simpsons (pincha enlace).
Según los expertos, este procedimiento aplicado de forma continuada puede afectar severamente al autoestima de los Estúpidos Subnormales Gilipollas, provocando una depresión que les lleve al suicidio, acabando así al menos con el sufrimiento social de este Síndrome.
No lo olvide: recuerde siempre a un Estúpido Subnormal Gilipollas que es un Estúpido Subnormal Gilipollas. Por el bien de todos. Gobierno del Sentido Común.
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