Campeones.

Hoy, 12 de Julio de 2010, muchos españoles nos hemos levantado con una grata sonrisa en la cara, producto de la resaca de la fiesta de ayer que se inició con la victoria de la selección española de fútbol al conseguir el primer Mundial de su historia. El gol de Iniesta, las paradas de Iker, el alzamiento de la copa... Eran imágenes que aún conservaban nuestras retinas y que siempre ocuparan un lugar en nuestra memoria, tanto individual como colectiva.

Muy pocas cosas han cambiado y cambiarán a partir de entonces. El paro en España en Julio sigue sumando más de cuatro millones de personas, el IVA no va a bajar a pesar de la victoria de los de Del Bosque, ni los políticos van a dejar de mentirnos y enriquecerse a nuestra costa, como tantos y tantos empresarios seguirán machacando a sus empleados a través de condiciones de trabajo pésimas y contratos laborales basura. El obrero y la empleada del hogar se han levantado esta mañana temprano para ir a sus labores con el mismo dolor de espalda y de pies que hace tres días, y acabarán la jornada peor. El desempleado sigue yendo a la oficina del Inem para sellar una tarjeta que nunca sabe cuando podrá tirar a la papelera, o sigue pegando de puerta en puerta en busca de un trabajo que nunca llega.

Pero no nos equívoquemos. Ayer estábamos de fiesta y hoy también. Y es que a pesar de todas esas cosas, hay motivo para la celebración. Porque España es un país de fútbol. Y veintitrés deportista de oro y un hombre sabio con bigote nos han enseñado que a pesar de los pesares siempre hay lugar para la alegría, siempre hay lugar para la esperanza, y siempre puede haber alguien dispuesto a hacerte un regalo como el que ellos nos han querido ofrecer, para que con crisis o sin ella aún seas capaz de mostrar al mundo la mejor de tus sonrisas.