domingo, 2 de marzo de 2025

AND THE OSCAR 2025 GOES TO


En un año con poco tiempo por culpa de una mudanza (grrr, malditas mudanzas, ¿existirá algo más estresante?), no he podido ver muchas de las películas nominadas este año a los Oscars. Se han quedado pendientes A complete unknown, Dune 2 (ni ganas que tengo. Me quedé dormidísimo con la primera), Aún estoy aquí, Nickel Boys y Wicked. Especial coraje me da no haber visto la cinta de Walter Salles, Ainda estou aqui en su título original. Me da pálpito y creo que se llevará algo de sus tres nominaciones; tiene pinta de peli de las que permanecen. Veremos.



De las vistas, Emilia Pérez, polémicas aparte, me decepcionó. Es entretenida, tiene momentos brillantes y Saldaña (con "ñ") está fabulosa y es favorita para ganar el Oscar a mejor actriz secundaria, pero es también alborotada, tiene canciones malas y el final parece haberse hecho a prisa y corriendo. No es ni de lejos la mejor cinta de Audiard, que a mí me enamoró con De óxido y hueso (él y, sobre todo, Marion Cotillard, dicho sea de paso). The brutalist, otra de las grandes favoritas, es peor todavía. Larga, excesivamente larga (casi tres horas y media), y tediosa, pesada, insoportable. Aún así, Brody suena fuerte como actor principal, y si se lo lleva, se lo merece. A no ser que se lo quite Ralph Fiennes. El británico hace un trabajazo en Cónclave, un filme de intriga ambientada en El Vaticano, de los que mantiene el interés del espectador de principio a fin. Me ha gustado, aunque no es destacable; quizá se lleve el de guion adaptado y banda sonora.




De las nominadas a mejor película que yo haya visto, las que más me han gustado han sido La sustancia y Anora. La primera es una bizarrada, una alegoría que deviene en grito de rabia (o vómito de sangre, según se mire) contra la sociedad del culto al cuerpo. Espero que se lleve algo. Aunque mi favorita para los grandes premios es Anora. He de reconocer que la cinta de Sean Baker (del que quiero ver mucho más) me aburrió durante todo el primer acto (es decir, durante casi tres cuartos de hora de película), pero luego se vuelve todo lo contrario: delirante, divertidísima, me arranca carcajadas a cada momento, los diálogos y situaciones fluyen a velocidad de vértigo y, además, son tan naturales y creíbles que te metes de lleno. Te enamoras de la peli. Si no se lo quita La sustancia, se llevará el Oscar a mejor guion original, y espero que también el de mejor director y película (y digo esto solo a expensas de saber cómo será Aún estoy aquí).




Sin embargo... si algo ha destacado este año, en lo que a cine internacional se refiere, ha sido el cine de animación. Hemos presenciado uno de los mejores años del cine de animación de los últimos tiempos. Todas las películas nominadas, Robot Salvaje, Inside Out 2, Memorias de un caracol y Flow (no he visto la última de Wallace y Gromit, pero seguro que también es buenísima, como las anteriores), me gustan más incluso que Anora y La sustancia, y se merecen un hueco en lo más alto de la colección de cualquier fan del género. El cine de animación bien hecho, o muy muy bien hecho, como el de este año, es inteligente, es original y creativo, es divertido, es emocional, es profundo y es inspirador. 4 joyas + seguramente una más que ningún cinéfilo se puede perder, y cualquiera de ella se merece el Oscar. Este año, los dibus han ganado a la imagen en carne y hueso.



En cualquier caso, ¡viva el cine, y larga vida al cine de animación! And the Oscar goes to... 

lunes, 9 de diciembre de 2024

¿POR QUÉ THE OFFICE ES THE OFFICE?

 



¿Qué añadir yo, a estas alturas, sobre The Office? Y es que he sido tardío en verla, acabé hace solo una semanas. Trataré de contar mi experiencia y los motivos que hacen que para mí The Office sea tan especial.


En primer lugar, el estilo, que, claro está, no nace de The Office USA, sino de la versión original, la UK (todavía la tengo pendiente, pero la veré sí o sí). Trataré de explicarlo de forma clara: es una idea súper brillante mezclar un humor tan absurdo, unas escenas y diálogos tan delirantes, con el formato tan realista del documental. He pasado auténtica vergüenza ajena, me he reído hasta doler al mismo tiempo que quería esconder la cabeza porque algunas escenas (las mejores de la serie) causan un estupor tal que la risa que te sobrecoge es totalmente nerviosa. Estás pensando "esto es real", pero no, no lo es, es absolutamente inventado y exagerado, solo que te lo cuentan de forma que parece real y, además, conecta con algo tuyo, con algo que has vivido, solo que no de manera tan histriónica y surrealista. Claro, luego, encima, están esas miradas a la cámara, encarnadas sobre todo en el personaje de Jim Halpert, buscando constantemente la complicidad del espectador, diciéndole "¿Tú también estás viendo lo mismo que yo? ¿Te ha pasado a ti también alguna vez? WTF?" Sublime.


Por otra parte, están los personajes, que se acaban convirtiendo en tu familia. De hecho, The Office es de esas series largas que cuando te las acabas te dejan un gran vacío, echas de menos a su gente, tienes que hacer tu duelo. Por supuesto, quien se lleva la palma es Michael Scott (a Steve Carell le tendrían que haber dado todos los premios del mundo por su trabajo). Ese personaje que todos, hay quien más, hay quien menos, llevamos dentro, tan tan tan necesitado de atención, de amor, al fin y al cabo, y que con tal de conseguirlo es capaz de cualquier cosa, llegando a actuar de manera desesperada, dando penita, sí, pero también enterneciendo, ganándote, para toda la vida. Y es que a Michael Scott ya lo podemos poner en el Olimpo de los dioses, junto a Homer Simpson y a Tony Soprano, monstruosos personajes que en la vida real seguramente causarían nuestro más profundo desprecio, pero que en la ficción amamos, adoramos, y se nos quedan guardados en nuestra memoria, tanto cognitiva como emocional, para siempre. Sin embargo, no solo de Michael Scott se nutre The Office (de hecho, tras su marcha la serie no se resiente tanto como habría cabido esperar). ¿Qué decir de esa confraternidad entre Jim y el espectador? (En la vida hay que ser como Jim Halpert, ¡qué buen tipo!) ¿O de la ternura de Pam? ¿Y de la encantadora relación de amistad/amor entre ambos? ¿Y de las contradicciones de Dwight, que venera a Michael pero desea fervientemente su puesto?¿Y del resto de la oficina, cada uno y una con su pedrada bien dada en la cabeza, pero con los que todos podemos llegar a identificarnos?


Y es que gracias a eso, a la identificación con la vida y ser de los personajes, a que las situaciones y los protagonistas de las mismas nos parezcan tan familiares y cercanos, y por supuesto, a un humor que, a pesar de no tener golpes de efecto ni risas enlatadas (o precisamente gracias a eso), es cómico sin hacer comedia, solo dejando que la comedia sea, nazca, por la natural interacción de unos personajes con otros, The Office entra en el top de las mejores sitcoms de todos los tiempos, quizá solo superada por Friends. O no. Da igual. Lo seguro es que ahí está, entre las mejores, ya que cada cual elija la suya. Yo me quedo con las dos y con alguna más. El caso es que esto sucede así porque The Office hace algo más que entretener y provocar risas.


Te cae bien. Te cae muy bien. Es más, te enamora. Y te enamora tanto que cuando se termina, tienes que hacerte esta cíclica pregunta que solo surge en ti muy de cada cuando una vez, cuando se van los mejores, y que es: ¿¿¿qué coño hago ahora yo con mi vida???




domingo, 10 de marzo de 2024

MIS FAVORITAS PARA LOS OSCARS 2023






Un año más vuelvo para hacer mi análisis y quiniela particular de las películas favoritas para los Oscars. Esta vez no me dio tiempo a ver todas, se quedaron fuera Maestro, American Fiction y The zone of interest. Interesado especialmente en esta última que todas las críticas coinciden en describir como una radiografía de la banalidad del mal. Ojo con que no dé la sorpresa.


Y sin más dilación, de menos a más, ¡ahí van mis favoritas!


7. BARBIE. Nota: 5. Una comedia divertida y con buenas intenciones, en la que su dúo protagonista, Margot Robbie y Ryan Gosling está muy inspirados, especialmente él. Sin embargo, está muy muy lejos de ser considerada una obra mayor. De hecho, es infantil. Que no es que muchas películas destinadas a un público más joven no sean grandes películas, y ahí están Disney y Pixar como mejores ejemplos, pero Barbie me pareció banal: divertimento y un mensaje bueno aunque demasiado evidente. Además, no creo que Barbie sea el mejor modelo de feminismo. Yo le daría el Oscar de secundario a Gosling antes que a Downey Jr., y se le haría justicia por la inolvidable interpretación que nos dejó en La La Land.


6. PAST LIVES. Nota: 5´5. La opera prima de Celine Song es una historia bonita, profunda, emocionalmente inteligente, contada con honestidad y pureza, pero... se me hizo un tanto aburrida. Ideal para un frío domingo por la tarde, no lo suficientemente merecedora quizá para llevarse un Oscar. Aunque, buen debut, habrá que seguir a esta guionista y directora de cerca.




5. OPPENHEIMER. Nota: 5´5. No es ni de lejos la mejor película de Nolan y sin embargo es la que le puede dar más éxitos. El film de tres horas de duración está contado con ritmo y estilo, no se me hace pesado, a pesar del largo y seguramente excesivo metraje. Pero es que me interesa tan tan poco la historia del descubridor de la bomba atómica que todo lo que pasa me es bastante indiferente. Como la misma película.




4. Killers of the Flower Moon. Nota: 6. El buen pulso narrativo de un Scorsese todavía en forma a sus 81 años de edad consigue que una película con, de nuevo, un metraje excesivo (una triste constante en el cine actual), no se haga pesada. Claro, no está solo, y las excelentes interpretaciones del trío protagonista le ayudan mucho, sobre todo, para mí, un DiCaprio que a pesar de no estar nominado quizá haga la mejor actuación de toda su carrera porque es en la que menos se parece a él mismo. Alejada de las mejores obras del director, nos cuenta sin embargo una historia más interesante de lo que parece, que profundiza en la naturaleza no solo de un grupo de hombres violentos, avariciosos y sin escrúpulos, sino en la misma esencia de todo un país: América.


3. Anatomie d'une chute. Nota: 6´5. Un telefilm inteligente, pero un telefilm, al fin y al cabo. Lo mejor sin duda es el brillante guion, que tras la apariencia de un thriller jurídico nos cuenta algo mucho más profundo, y que no va solo sobre la crisis relacional de un matrimonio, sino que se adentra en lo más profundo de la vanidad masculina y la frágil necesidad del hombre de ser admirado por su pareja. Las interpretaciones son buenísimas, y asombra la del niño (¿niño, seguro?, guau). Pero, la ejecución de la obra se me antoja demasiado pueril o correcta o no sé muy bien qué, solo que hace que la película sea, a pesar de todo, difícilmente perdurable.


2. Pobres criaturas. Nota: 7. Interesante comedia-experimento del siempre original, pero no siempre querido, Lanthimos. A través de la mirada limpia y curiosa de Bella Bexter descubrimos un mundo imperado por el ego frágil y vanidoso de los hombres. Una Bella-Stone maravillosa, libre del Súper Yo, de las imposiciones y categorías sociales, que es capaz de disfrutar del sexo sin complejos y de llorar con toda naturalidad por el sufrimiento de los más débiles, mostrando una empatía humana libre del condicionamiento cultural y sistémico que nos hace tan egoístas e insensibles. Quizá no es la obra maestra que han querido ver algunos, pero es, al fin y al cabo, una buena película. Emma Stone, ¿la mejor actriz del mundo?, se merece un nuevo Oscar, y el de guion adaptado también debería llevárselo, además del de maquillaje y peluquería y vestuario.


1. The Holdovers. Nota: 8. Grande Payne, muy grande. Hermosa película sobre la relación que surge entre tres personas de caracteres muy distintos pero que comparten ausencias y soledad. Giamatti y Randolph está monstruosos y deberían llevarse sendos Oscars a actor principal y actriz secundaria. Yo le daría también el de mejor película, claro está, y en cuanto al de guion original tendrá un duro rival con Anatomía de una caída; se lo merecen las dos. Una película que nos ayuda a romper nuestros esquemas personales de juicio sobre los demás y a darnos cuenta de que cualquiera, hasta el más inesperado, puede convertirse en un amigo. Una historia que se queda.


Respecto a la participación española, aunque no creo que sean las mejores en sus categorías, ¡desear mucha suerte a La sociedad de la nieve de Bayona y a Robot Dreams de Berger!


Y hasta aquí, ¡la suerte está echada! Solo queda ver qué pasa y escuchar de nuevo esa famosa frase de "¡And te Oscar goes to...!". Vaya para quién vaya, como siempre digo, al final ganan las historias, al final, ¡gana el cine! ¡Un abrazo!


viernes, 10 de marzo de 2023

MIS FAVORITAS DE LOS OSCARS 2022


Como cada año, hago un repaso a las películas que más me han gustado nominadas a las Oscars. Ni las mejores, ni las peores ni las favoritas según las quinielas, simplemente las que más me han gustado a mí. Una lista que solo espero que te sirva como guía para ver buen cine. ¡Comenzamos!


10 y 9. AVATAR y TOP GUN: MAVERICK. Ni las he visto ni tengo intención. No me llaman. Quizá Top Gun sí la vea algún día... de estos que esté malo y no pueda salir de casa... y muy muy aburrido.


8. ELVIS. Nota: 1. Un desastre. Baz Luhrmann hace una película rápida, caótica, precocinada, sin alma ni corazón. Coge al rey del rock, todo un clásico de la música y de la cultura, y lo convierte en un entretenimiento para teenagers. Le doy un 1 por la música de Elvis.




7. WOMEN TALKING. Nota: 6. Buena película. Buenas interpretaciones, buen temple en la dirección, buen y necesario tema. Pero, sin más. Merece ser vista, aunque no es una de las candidatas fuertes, a priori, para ganar premios.





6. THE FABELMANS. Nota: 6. No es que Spielberg haga una mala película, que casi nunca la hace, y algunos habrán visto en esta semi-biografía un regreso de uno de los mejores directores de todos los tiempos... pero no. Hay que aceptarlo, lo mejor de Spielberg ya fue dado hace tiempo al séptimo arte. ¡Y muchas gracias, maestro!




5. TÁR. Nota: 6. El problema de Tár es su laaarguíiiisima duración (por cierto, ¿qué pasa, que para que te nominen a los Oscars ahora hay que hacer pelis de dos horas y media?). Es una película lenta, psicológica, que retrata un personaje, por tanto está bien que se detenga en los detalles, que nos dé tiempo a los espectadores a sumergirnos en su profundidad, pero, ¿durante 2 horas y 38 minutos?, ¿¿¿por qué???). Y, sin embargo, le doy un 6 y la pongo por encima de Spielberg porque Cate Blanchet está monstruosa en su interpretación. Se llevará el Oscar y, solo por ella, que es la película, Tár merece ser vista.


4. IM WESTERN NICHTS NEUES. Nota: 7. Si el problema de Tár es la duración, el de "Sin novedad al frente" es la crudeza. No es una película que recomendaría ver a nadie que no fuera cinéfilo. Pero, para los que amamos el cine no solo por las historias que nos cuentan sino por la admiración que sentimos hacia las diferente disciplinas que conforman este bello arte que es el resultado de un trabajo en equipo, es difícil no caer rendido ante el mérito de la realización de este film que merece ser ya considerado como un clásico del cine bélico. Me mojo y digo que el Oscar al mejor director será para Edward Berger.


3. THE BANSHEES OF INISHERIN. Nota: 7. Almas en pena en Inisherin es una película peculiar, rara, compleja, divertida y desoladora a la vez. Aborda con maestría los temas de la soledad (con o sin gente), del tedio del paso de los días que nos llevan a todos, irremediablemente, a un mismo final. Pero, lo mejor del filme británico es, sin duda, su elenco. Kerry Condon como actriz de reparto, Brendan Gleeson como actor de reparto y Colin Farrell como actor principal (¡ojo!, no he visto The whale de Brendan Fraser, el favorito), se merecen sus correspondientes estatuillas. Y si los que amamos el cine nos embelesamos con la virtuosidad de la técnica, también nos derretimos con la elegancia de las grandes interpretaciones.


2. EVERYTHING EVERYWHERE ALL AT ONCE. Nota: 8. Una bizarrada maravillosa. Todo a la vez en todas partes lo tiene todo: guion, dirección, interpretaciones, música, es divertida, inteligente, emotiva, tiene un texto atractivo y un subtexto profundo. Su montaje ganará el Oscar casi con toda seguridad, porque esta obra es un rompecabezas que solo podría haber sido diseñado por unas mentes súper dotadas a la vez que muy locas. Y es posible que le caiga alguno más de entre sus once nominaciones (la más nominada). ¿Mejor dirección, película... quién sabe?


1. TRIANGLE OF SADNESS. Nota: 9. Porque la película que más me ha encantado, casi al mismo nivel que Todo a la vez en todas partes, pero un poquitín más, es El triángulo de la tristeza. La cinta ganadora en Cannes es una divertidísima y fiel sátira del mundo en el que vivimos que pone a las gentes a las que retrata donde se merecen. No explico más, hay que verla. Y gozarla. Inexplicable la ausencia de la actriz Dolly De Leon (sí nominada a los globos de oro), que encarna a un personaje que merece ser encumbrado a mito de la historia del cine. Me mojo y digo que se llevará los Oscars a mejor guion original y mejor película.


Pero, no soy de leer quinielas, esta es solo mi impresión subjetiva, al final me pasará como todos los años, que acertaré algunas y, otras, pues no. Qué mas da. Lo importante es que se haga más cine bueno como este y no tantas pelis repetidas de súperheroes ni series de relleno a lo Netflix. Por cierto, me encantó Babylon, seguro se merecía más nominaciones, y tengo pendiente de ver Argentina, 1985, que si está Ricardo Darín (el mejor actor del mundo) me da a mí que mala no es.


Lo dicho, cinéfilos, a disfrutar del buen cine y, ¡nos vemos en los Oscars!  

viernes, 6 de enero de 2023

LA CARRERA

 



Salió a correr como cada mañana temprano. Y, en mitad de la ruta, se la encontró. Hacía años que no la veía, pero la reconoció al instante. Y es que, ¿cómo olvidarse de ella si le había roto el corazón?


Estaban a punto de cruzarse y él no sabía qué hacer, qué decir. Nunca se está preparado para un momento como ese. Entonces, cuando solo se encontraba a un palmo de ella, lo hizo. Le salió instintivo, fue un impulso, no pensó en ello, simplemente lo hizo: la besó.


Cuando despegó los labios de los suyos y vio su cara de asombro, de nuevo otro impulso: “Píllame si puedes”, le dijo, y empezó a correr de nuevo. Ella se quedó paralizada. Solo un instante… después, salió corriendo tras él. Él sonrió, le gustó que ella hiciera eso, pero enseguida tuvo que acelerar la marcha, porque ella era rápida, muy rápida, y además parecía bastante enojada. Ella también aceleró al ver que él lo hacía y, de repente, ambos se encontraban protagonizando una persecución en medio de la ciudad.


Él notó cómo su dopamina se disparaba y se le alegraba el corazón (y hacía tiempo que eso no le sucedía). Estaba haciendo algo con ella, después de tanto tiempo, volvían a jugar, volvían a hacer algo juntos.


En medio de su felicidad, de nuevo tuvo que acelerar la marcha porque ella estaba a punto de alcanzarle. Él corrió lo más rápido que podía y ella, al ver que se le escapaba, al fin se detuvo, agotada, dándose por vencida. Él siguió alejándose al tiempo que volvía la mirada y veía que ella recuperaba la respiración y le miraba fijamente. No supo descifrar en su rostro si seguía enfadada o si se sentía, como él, divertida por la situación.


Él sí estaba contento, muy contento. A pesar de las dudas. ¿Qué habría hecho si le llega a alcanzar? ¿Le habría abofeteado? ¿Le habría devuelto el beso? (Ojalá) ¿O simplemente le habría dicho “¿A ti qué coño te pasa?”? Era posible que le llamara o le escribiera para decirle eso último, y entonces él aprovecharía esa circunstancia para hablar con ella, recordar viejos tiempos y, quién sabe si retomar el contacto. Pero también era muy probable que no pasara nada de eso, que ella solo se olvidara de aquello y no le llamara ni le escribiera y, quizá, no se volvieran a ver nunca más.


Entonces, él se preguntó, ¿por qué no se había dejado coger?


Estuvo tratando de dar respuesta a esa pregunta todo el día. Al final, por la noche, llegó a la conclusión de que ninguno de sus actos había sido premeditado o razonado, sino que se había dejado llevar por sus impulsos, por el corazón. El beso, la carrera, seguir jugando hasta ganar. No había medido los resultados ni las consecuencias. Solo había vuelto a verla y había vuelto a jugar con ella. Era lo único que pretendió. Y era suficiente.


Y lo que viniera después, ya daba igual. Él se fue a la cama en paz consigo mismo, contento. Y se durmió. Se durmió acompañado del ferviente deseo de levantarse a la mañana siguiente y volver a salir a la carrera. 


domingo, 25 de septiembre de 2022

LA PÉRDIDA DEL HUMOR



Un día, así, de repente, se dio cuenta de que había perdido el sentido del humor.


Ya no se reía, al menos no como antes. Ahora, cada risa era corta y forzada. Y tampoco se le ocurría ningún comentario jocoso, ¡a él!, que era conocido por convertir cualquier anécdota en un chiste. Lo único que le salía decir eran banalidades sin más.


Para recuperar su sentido del humor se hizo decenas de maratones de series stand up comedy, fue a ver a cada monologuista que visitaba la ciudad, acudió a talleres de risoterapia, se compró una Enciclopedia del humor con miles de chistes e incluso fumó marihuana. No se perdía una fiesta con los amigos y participaba en las conversaciones, poniendo de su parte para hacer alguna gracia. Pero no le salía. Ni se reía ni hacía reír, y le angustiaba no saber el porqué ni el cómo conseguiría volver a su viejo yo, al que, con el paso del tiempo, ya casi estaba olvidando.


Una tarde, paseando por las calles como un zombi, perdido entre la gente y sus propios pensamientos, se sentó en un banco, solo, abatido y desesperado por su situación. Una primera lágrima brotó de sus ojos y le resbaló por la mejilla. Roto por dentro, a esa primera lágrima la siguieron muchas más. Y muchas más. Lloró con desenfreno, sin control, lloró como solo puede llorar alguien convencido de que había perdido lo más preciado que tenía.


Y después de horas llorando, cuando se agotaron las lágrimas y se vació el dolor, un escalofrío de alivio le sacudió el cuerpo.


Entonces, lo supo.


Había vuelto.

sábado, 24 de septiembre de 2022

EL BLOQUEO



Él dejó de escribir porque se sentía bloqueado.


Ella cayó en una depresión por no poder leer más libros suyos.


Un día, ella le escribió una carta y le contó lo que le pasaba. Él leyó la carta y quedó conmovido. Decidió contestarla y quedaron en una café para conocerse. Se hicieron amigos desde entonces. Él supero su bloqueo y ella su depresión.


Pero él se sumió tanto en la escritura que dejó de verla y ella volvió a sentir cómo la tristeza profunda le agarraba el alma. Compró sus libros nuevos, los leyó, paseándolos por cada rincón de la ciudad, junto a su soledad.


Un día, ella se armó de valor y le escribió una segunda carta para decirle que le echaba de menos. Y empezó a acudir, cada tarde, al café donde se conocieron, donde releía sus libros. No eran pocas las veces que su mirada, fugazmente, se despegaba de las páginas y se dirigía a la puerta. Él nunca estaba allí. Ella volvía entonces la vista hacia las páginas y seguía leyendo con ojos vidriosos.


Pasó el tiempo, se publicaron varios libros más, todos de éxito. Sin embargo, él no terminaba de sentirse feliz, notaba un vacío, le faltaba algo. O alguien. Un día, se acordó de su vieja amiga y decidió ir al café donde solían verse. Cuando llegó, aunque ella le había dicho que pasaría las tardes allí, su silla estaba vacía. Una sensación le oprimió el pecho, recordó la depresión de su amiga y se puso en lo peor. Iba a salir de aquel sitio corriendo y dirigirse a la estación de policía más cercana cuando ella apareció por la puerta, con uno de sus libros. Durante un rato, sus miradas se encontraron sin que sus palabras supieran hacerlo. Luego, él por fin se atrevió a pedirle perdón. Ella suspiró profundo e hizo un gesto de atizarle con su propio libro, pero finalmente se frenó y acabó asintiendo, con un gesto que le perdonaba. Se quedaron en el café hablando durante horas.


Después de ese día, él siguió escribiendo, ella siguió leyéndole, y ya nunca más volvieron a dejar de verse. Su amistad se hizo eterna como aquello que los había unido. La literatura.